Zidane se movía con la armonía de un solo ser con el balón. Cada gesto suyo era pura maestría y clase suprema, él orquestaba el juego con inspiración divina. Sus pases eran una obra de arte, como pinceladas https://asiyajtxi402096.blogzag.com/81901556/el-mundo-recuerda-el-cabezazo-de-zidane